Constructopía

Escultura participativa / Performance / Video

Vigas de madera recubiertas de hule espuma y piel sintética; bloques de espuma de poliuretano aglutinado sobre loseta de caucho. Registro de acción en pantalla. Medidas Variables. 2019                                                                                                                          

Registro de acciones dentro del área de juego por los visitantes a la exposición "Tierra Incógnita" en SOMA México.




________________________________________________________________


Entrevista en la revista digital LANDING MX sobre el proyecto CONSTRUCTOPIA

LANDING MX (LM): ¿Cómo ha enriquecido la danza tus exploraciones del espacio?

DANIEL EVO (DE): Logré entender el cuerpo como una herramienta que piensa diferente a la cabeza. La danza me permitió entender el cuerpo no desde la

teoría, sino desde la experiencia y la práctica misma. Una de las cosas más importantes que me dio practicar danza antes de hacer arte, fue la práctica de la

escucha del espacio con todo el cuerpo, una escucha ampliada; con lo cual se interviene de una manera diferente en el espacio.

LM: ¿Qué tipo de espacios has explorado? ¿Has detectado alguna semejanza entre ellos?

DE: En mi obra he explorado el espacio plástica y escénicamente, entre escultor y director escénico. He incidido en espacios arquitectónicos cerrados, 

como habitaciones, auditorios así como en patios; últimamente he sentido la necesidad de incidir en el espacio urbano.

LM: ¿Consideras que hay espacios que son habitados o recorridos por una suerte de coreografía inconsciente o te parece que todos los movimientos que

realizamos en el espacio, del tipo que sea, son absolutamente conscientes?.

DE: Hay espacios que recorremos con una memoria personal y otros por una conciencia espacial colectiva. En la Ciudad de México en muchos de ellos

actuamos en cardumen, las direcciones y el contenido están dados por las reglas que dicta la arquitectura urbana, pero hay otro sistema, un meta sistema que

proviene de las reglas y códigos sociales que se hacen presentes por donde nos movemos, tenemos muchas interacciones inconscientes la mayoría de

los momentos del día. Creo que en la “inconsciencia” se esconden muchas reglas y códigos sociales que nos atraviesan como ciudadanos de la urbe. 

Estoy en la tarea de registrar esas reacciones al espacio y develar esos códigos, hacerlos conscientes pues.

LM: ¿Qué es el juego para ti y qué importancia tiene, desde tu perspectiva, en la habitabilidad del espacio?

DE: El juego es un estado escénico total, es decir, un acto sin montajes ni ensayos. Uso el juego como una metodología artística para señalar la “violencia 

de espacio”. Es potente la paradoja de producir y habitar un espacio que simula libertades, mientras que al mismo tiempo está limitado y vigilado.

LM: ¿Qué dinámicas espaciales de juego has detectado en la Ciudad de México? ¿Te parece que esta es una ciudad lúdica? ¿Por qué?

DE: No creo que sea una ciudad lúdica, pero uso el juego para develar las relaciones del ciudadano con otros y con el espacio. Estoy consciente que con 

el uso de los dispositivos escénico-escultóricos que realizo creo utopías delimitadas donde las posibilidades negadas son más poderosas al ser enmarcadas 

en un terreno de juego.

LM: Platícanos acerca de Constructopia, tu más reciente obra, desarrollada para la exposición “Tierra Incógnita”.

DE: Constructopia es la pieza con la que cierro el programa SOMA, reúne lo que he trabajado en estos dos años del programa. Básicamente es un 

dispositivo cercano a un playground (parque de juegos infantiles) en donde dispongo un grupo de esculturas suaves, ensamblables y de tamaño humano en 

un terreno delimitado, las cuales favorecen la interacción de micro sociedades aleatorias, en este caso los propios visitantes de la muestra, que entran sin 

zapatos a jugar con las posibilidades de construcción que la pieza-juego ofrece. Los participantes penetran en el estado escénico del juego y 

transforman el espacio, usando y desplazando de diferentes maneras las esculturas. Algunas interacciones fueron grabadas desde una cámara

cenital y proyectadas a una pantalla, en ella se pueden observar las variaciones del espacio de manera esquemática, a modo de plano arquitectónico.

Las composiciones que resultan son la huella de la manera de producir y negociar el espacio durante esas interacciones.

LM: ¿En qué público pensaste mientras la desarrollabas?

DE: La pieza está pensada para cualquier tipo de cuerpo que quiera enfrentarse sensiblemente a la materialidad y al espacio. No creo que para 

especialistas del arte que observan, sino para personas que quieran enfrentarse de una manera activa, corporal y lúdica a la pieza.

LM: ¿Cómo ha sido la respuesta de quienes han visitado la exposición estos primeros días?

DE: He observado que el público no entra al área de juego fácilmente. En la inauguración al estar yo como mediador, la activación de la pieza fluyó 

durante todo el evento, sin embargo en días posteriores en donde yo no invitaba a entrar, el uso de la misma es menor. Pienso que el espacio 

expositivo tiene unas reglas que dificultan la experiencia de una pieza de arte más allá de la mirada, la pieza enfrenta los códigos consensuados del 

espacio museístico. Los niños que han visitado la muestra son los que más y mejor la usan.

LM: Si tuvieras la oportunidad de diseñar y construir una ciudad, tu ciudad ideal, ¿cómo sería?

DE: Creo que debemos repensar las relaciones, las estructuras y las maneras de construir vínculos, tanto espaciales como emocionales, pues estos 

hablan de las maneras arraigadas de modelar la afectividad en relación al otro. Creo que debemos hacernos conscientes a partir de la corporalidad de

la posibilidad de otras formas distintas de organización social que repercutirán en la manera de construir nuestros espacios habitables. Ya que toda 

forma responde a una ideología me interesa pensar en la transformación del espacio urbano desde una ideología que otorgue a los ciudadanos una

verdadera agencia de espacio.

 

 

 

 

 

 

 

 

Fotografías tomadas por la artista Doris Steinbichler.